miércoles, 6 de agosto de 2014

Una investigación aborda el amor en la calle



La comparsa Jarichis, Revolución Jigote y Son de Vida se aliaron para impulsar un estudio entre adolescentes en situación de calle. El Test del Amor fue aplicado y los resultados ayudarán a impulsar medidas sociales.

FOTO: La Pública


Fabiola Gutiérrez / Santa Cruz

¿Qué hacen en una testera un comparsero, una investigadora, un par de jipis que trabajan en la calle y un melenudo? Pero además, ¿por qué hablan del amor, de adolescentes y de... tapitas de Mendocina? Se trata de la presentación de la investigación: “Desde la calle: adolescentes enamorados”. La publicación del trabajo realizado por Son de Vida en sinergia con la Comparsa Jarichis y Mendocina, articulados por Revolución Jigote, que fue presentada el 5 de agosto en el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz.

La comparsa Jarichis está formada por 34 hombres, de entre 24 y 28 años, que desde hace 10 saltan en el corso carnavalero y son parte de la farándula de la “Fiesta Grande de los cruceños”. En este aniversario especial en el que celebraban su primera década, querían hacer algo distinto, no lo que acostumbran las típicas comparsas de amigos, que es recaudar dinero para tirar la casa por la ventana en una fiesta.

Si bien antes ya habían hecho donaciones, se trataba de la primera vez que asumían la cabeza de una campaña por una causa específica. Julio Antelo relata que “todos en algún momento sentimos las mismas ganas ante una situación que no te cabe en la cabeza y que además la pasamos tanto por alto. Nosotros queríamos trabajar con personas en situación de calle, porque te parte el alma ver un niño pidiendo dinero en un semáforo, entonces ¿qué hago para que ya no se quede ahí? ¡Educación! Se requiere muchos huevos para trabajar en la calle, hay que ser muy valiente para ir meterse, hablar, no tener miedo, y seguir yendo. Nosotros no tenemos la valentía para hacer eso, pero queremos ayudar y tenemos capacidad de generar recursos. Entonces había que ver la forma de canalizarlos bien, porque en éste ámbito también se mueven muchos intereses”.

Fue por eso que se acercaron a Revolución Jigote en busca de luces para elegir una organización que trabaje con personas en situación de calle. Una comparsa tocando las puertas de una organización ciudadana no pasa todos los días. Los jigotes sorprendidos, respondieron e hicieron lo que es su especialidad: al ser una campaña paraguas, articularon las organizaciones con un mismo objetivo, como indica Isabella Prado del Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano Regional (Cedure). Luego de sus propias indagaciones y reuniones, Jigote propuso a Son de Vida como la entidad beneficiaria de los recursos de la Comparsa Jarichis.

La presentación de "Desde la calle: Adolescentes enamorados" fruto de 5 meses de investigación con chicos en situación de calle. FOTO: La Pública

“Las comparsas son parte muy firme de la cultura de Santa Cruz y hay de todo, no sólo el estereotipo del comparsero borracho y mujeriego”, señala Antelo. Para generar recursos, los Jarichis organizaron la campaña en medios y redes sociales #YoCorroPorLosNiños, carrera pedestre de 5 km. que contó con 150 participantes el 17 de noviembre de 2013. Los recursos generados fueron para financiar la investigación sobre la sexualidad en los adolescentes en situación de calle, que sería además un insumo para las organizaciones e instituciones, que como Son de Vida, trabajan en el área.

Desde 2011

Graciela Asperilla, co-directora de Son de Vida.   

Son de vida es una empresa social, gestionada por Graciela Asperilla y Jhonnatan Roca, que realiza proyectos de intervención social enfocados en los derechos de la niñez y adolescencia en situación de calle. Nace formalmente en Bolivia en 2011, aunque Asperilla trabajaba ya desde el 2008 en la temática en Santa Cruz, y desde 2002 en otras latitudes.

Son de Vida hace investigación y educación de calle, educación alternativa y psicología integral con métodos de sanación interna, y campañas de derechos, vida feliz y emociones positivas en niños. Su filosofía es el desarrollo desde una perspectiva holística con la apertura de espacios para que “los niños puedan encontrar su pasión, triunfar en la vida y cumplir sus sueños”, indica Asperilla. “Tener un proyecto de vida es lo más importante para que puedan salir de su realidad temporal”, dice Roca.

El distintivo de Son de Vida es el trabajo de campo, no desde la oficina, “pues pensamos que la lucha está afuera, en la calle, con los niños. Desde ahí, no con conocimientos lejanos, sino con conocimiento actual, desde sus necesidades reales, es que hacemos proyectos”. Comenta también Asperilla que la base de su trabajo es construir una relación de amistad y confianza, ganando respeto a partir de una relación de amor incondicional. Para Roca, la amistad como recurso y método es la esencia de Son de Vida.

Hace mucho que Son de Vida quería investigar, “pues todo el trabajo que se hace es de forma empírica y con muy buena voluntad. Pero no hay investigación”, relata Asperilla. Decidieron investigar algo que ya venían intuyendo: la importancia del amor y la sexualidad en el niño y adolescente en situación de calle, en tanto sus auto lesiones y permanencia en calle están relacionados con problemas amorosos o con problemas de relaciones no gestionados.

Luego de realizada la investigación, el nuevo reto fue la difusión del producto final. La diagramación la realizó Natalia Chávez de la UPSA y para la impresión es que entran en el juego las tapitas plásticas. Mendocina necesitaba desechar tapitas, y una de sus funcionarias y voluntaria jigote, pidió que sean donadas para la revolución de los meñiques. Las tapitas fueron entregadas por Mendocina y vendidas por los Jigote como material de reciclaje. Se logró el monto justo para financiar el primer tiraje de 100 ejemplares de “Desde la calle: adolescentes enamorados”. Sí, con tapitas recicladas

Sus hallazgos bien pueden retratar la complejidad de los adolescentes en general, y en una ciudad tan fragmentada socialmente, otra forma de hacer ciudad es acercarnos al derrumbar prejuicios, puntualizó Isabella Prado.

Test del Amor

Jonathan Roca, investigador y co-director de Son de Vida.

Jonathan Roca, miembro fundador y codirector de Son de Vida, presentó los hallazgos de la investigación que tuvo a su cargo. Con respecto a la metodología, señaló que El Test del Amor se trabajó con 30 adolescentes, como modalidad de investigación se empleó las entrevistas en profundidad, juegos investigativos y observaciones participativas sobre sus conocimientos y prácticas en torno al romance, sexo y apego en sus relaciones de pareja.

Se arribó a la conclusión de que más allá de su edad y género, los adolescentes en situación de calle conciben el amor y la sexualidad de formas similares, son sensaciones que “experimentan como una conquista, una expresión de poder pero también como afecto”. El sexo y el romance serían experimentados desde los 11 años con consentimiento mutuo, aunque también por la fuerza y coacción; así mismo, el sexo de supervivencia es una práctica cotidiana.

Los adolescentes en situación de calle podrían llegar a sentir un fuerte apego hacia una pareja debido al acompañamiento permanente, lo que podría generar una dependencia emocional, física, psicológica y económica. Conocen poco sobre cómo cuidar su cuerpo y cómo gestionar sus emociones, lo que estaría relacionado con la frecuencia de las autolesiones.

Si la amistad es la base para la supervivencia en la calle, el amor puede bien ser la causa de la permanencia y también del viraje a otras formas de vida fuera de ella. La propuesta de Son de Vida se sintetiza en: “mejor que prohibir es brindar seguridad”, para lo que se requeriría educación sexual integral, asumir la sexualidad no como una conquista, sino como manera de compartir, entre otros.

Todos rompieron el molde: una organización que hace investigación, otra que articula a los especialistas con los que quieren ayudar y una comparsa que se inicia en el activismo. Son de Vida, Revolución Jigote y la Comparsa Jarichis cierran el círculo virtuoso y dan sentido al esfuerzo de 5 investigadores que en 5 meses trabajaron en la calle generando la información y sistematizándola.

Pero no todo termina ahí, ellos planean seguir trabajando juntos. Jigote descubrió un mecanismo válido para procurar sinergias y hará llegar este material de utilidad práctica a la puerta de las instituciones.

La comparsa Jarichis generará recursos nuevamente con la segunda versión de “Yo corro por los niños”, esta vez en las Colinas del Urubó. “Si podemos hacerlo de manera sostenida: donar nuestro tiempo y ayudar a conseguir dinero, si podemos sacar a un niño de la calle, vamos a cumplir. Esperamos su abrazo a esta causa”, dijo Antelo. Por su parte, Son de Vida ya presentó propuestas de trabajo con los y las niñas y adolescentes en situación de calle.

Roca comentó que “los jigotes han dicho: en bollo es ‘facilingo’ y es verdad”, Asperilla agradeció a “todas estas locas personas que hemos hecho re-evolución: vamos tejiendo una relación, un sueño, cambiando la ciudad y el mundo”, y señaló que “esta es una realidad que es necesaria conocer y abordar, para transformarla, es una temática del día a día en la calle. El amor salva vidas y esta investigación es una prueba de eso".

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