La comparsa
Jarichis, Revolución Jigote y Son de Vida se aliaron para impulsar
un estudio entre adolescentes en situación de calle. El Test del
Amor fue aplicado y los resultados ayudarán a impulsar medidas
sociales.
FOTO: La Pública |
Fabiola Gutiérrez /
Santa Cruz
¿Qué hacen en una
testera un comparsero, una investigadora, un par de jipis que
trabajan en la calle y un melenudo? Pero además, ¿por qué hablan
del amor, de adolescentes y de... tapitas de Mendocina? Se trata de
la presentación de la investigación: “Desde la calle:
adolescentes enamorados”. La publicación del trabajo realizado por
Son de Vida en sinergia con la Comparsa Jarichis y Mendocina,
articulados por Revolución Jigote, que fue presentada el 5 de agosto en
el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz.
La comparsa Jarichis
está formada por 34 hombres, de entre 24 y 28 años, que desde
hace 10 saltan en el corso carnavalero y son parte de la farándula
de la “Fiesta Grande de los cruceños”. En este aniversario
especial en el que celebraban su primera década, querían hacer algo
distinto, no lo que acostumbran las típicas comparsas de amigos, que
es recaudar dinero para tirar la casa por la ventana en una fiesta.
Si bien antes ya
habían hecho donaciones, se trataba de la primera vez que asumían
la cabeza de una campaña por una causa específica. Julio Antelo
relata que “todos en algún momento sentimos las mismas ganas ante
una situación que no te cabe en la cabeza y que además la pasamos
tanto por alto. Nosotros queríamos trabajar con personas en
situación de calle, porque te parte el alma ver un niño pidiendo
dinero en un semáforo, entonces ¿qué hago para que ya no se quede
ahí? ¡Educación! Se requiere muchos huevos para trabajar en la
calle, hay que ser muy valiente para ir meterse, hablar, no tener
miedo, y seguir yendo. Nosotros no tenemos la valentía para hacer
eso, pero queremos ayudar y tenemos capacidad de generar recursos.
Entonces había que ver la forma de canalizarlos bien, porque en éste
ámbito también se mueven muchos intereses”.
Fue por eso que se
acercaron a Revolución Jigote en busca de luces para elegir una
organización que trabaje con personas en situación de calle. Una
comparsa tocando las puertas de una organización ciudadana no pasa
todos los días. Los jigotes sorprendidos, respondieron e hicieron lo
que es su especialidad: al ser una campaña paraguas, articularon las
organizaciones con un mismo objetivo, como indica Isabella Prado del
Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano Regional (Cedure). Luego
de sus propias indagaciones y reuniones, Jigote propuso a Son de Vida
como la entidad beneficiaria de los recursos de la Comparsa Jarichis.
La presentación de "Desde la calle: Adolescentes enamorados" fruto de 5 meses de investigación con chicos en situación de calle. FOTO: La Pública |
“Las comparsas son
parte muy firme de la cultura de Santa Cruz y hay de todo, no sólo
el estereotipo del comparsero borracho y mujeriego”, señala
Antelo. Para generar recursos, los Jarichis organizaron la campaña
en medios y redes sociales #YoCorroPorLosNiños, carrera pedestre de
5 km. que contó con 150 participantes el 17 de noviembre de 2013.
Los recursos generados fueron para financiar la investigación sobre
la sexualidad en los adolescentes en situación de calle, que sería
además un insumo para las organizaciones e instituciones, que como
Son de Vida, trabajan en el área.
Desde 2011
Graciela Asperilla, co-directora de Son de Vida. |
Son de vida es una
empresa social, gestionada por Graciela Asperilla y Jhonnatan Roca,
que realiza proyectos de intervención social enfocados en los
derechos de la niñez y adolescencia en situación de calle. Nace
formalmente en Bolivia en 2011, aunque Asperilla trabajaba ya desde
el 2008 en la temática en Santa Cruz, y desde 2002 en otras
latitudes.
Son de Vida hace
investigación y educación de calle, educación alternativa y
psicología integral con métodos de sanación interna, y campañas
de derechos, vida feliz y emociones positivas en niños. Su filosofía
es el desarrollo desde una perspectiva holística con la apertura de
espacios para que “los niños puedan encontrar su pasión, triunfar
en la vida y cumplir sus sueños”, indica Asperilla. “Tener un
proyecto de vida es lo más importante para que puedan salir de su
realidad temporal”, dice Roca.
El distintivo de Son
de Vida es el trabajo de campo, no desde la oficina, “pues pensamos
que la lucha está afuera, en la calle, con los niños. Desde ahí,
no con conocimientos lejanos, sino con conocimiento actual, desde sus
necesidades reales, es que hacemos proyectos”. Comenta también
Asperilla que la base de su trabajo es construir una relación de
amistad y confianza, ganando respeto a partir de una relación de
amor incondicional. Para Roca, la amistad como recurso y método es
la esencia de Son de Vida.
Hace mucho que Son
de Vida quería investigar, “pues todo el trabajo que se hace es de
forma empírica y con muy buena voluntad. Pero no hay investigación”,
relata Asperilla. Decidieron investigar algo que ya venían
intuyendo: la importancia del amor y la sexualidad en el niño y
adolescente en situación de calle, en tanto sus auto lesiones y
permanencia en calle están relacionados con problemas amorosos o con
problemas de relaciones no gestionados.
Luego de realizada
la investigación, el nuevo reto fue la difusión del producto final.
La diagramación la realizó Natalia Chávez de la UPSA y para la
impresión es que entran en el juego las tapitas plásticas.
Mendocina necesitaba desechar tapitas, y una de sus funcionarias y
voluntaria jigote, pidió que sean donadas para la revolución de los
meñiques. Las tapitas fueron entregadas por Mendocina y vendidas por
los Jigote como material de reciclaje. Se logró el monto justo para
financiar el primer tiraje de 100 ejemplares de “Desde la calle:
adolescentes enamorados”. Sí, con tapitas recicladas
Sus hallazgos bien
pueden retratar la complejidad de los adolescentes en general, y en
una ciudad tan fragmentada socialmente, otra forma de hacer ciudad es
acercarnos al derrumbar prejuicios, puntualizó Isabella Prado.
Test del Amor
Jonathan Roca, investigador y co-director de Son de Vida. |
Jonathan Roca,
miembro fundador y codirector de Son de Vida, presentó los hallazgos
de la investigación que tuvo a su cargo. Con respecto a la
metodología, señaló que El Test del Amor se trabajó con 30
adolescentes, como modalidad de investigación se empleó las
entrevistas en profundidad, juegos investigativos y observaciones
participativas sobre sus conocimientos y prácticas en torno al
romance, sexo y apego en sus relaciones de pareja.
Se arribó a la
conclusión de que más allá de su edad y género, los adolescentes
en situación de calle conciben el amor y la sexualidad de formas
similares, son sensaciones que “experimentan como una conquista,
una expresión de poder pero también como afecto”. El sexo y el
romance serían experimentados desde los 11 años con consentimiento
mutuo, aunque también por la fuerza y coacción; así mismo, el sexo
de supervivencia es una práctica cotidiana.
Los adolescentes en
situación de calle podrían llegar a sentir un fuerte apego hacia
una pareja debido al acompañamiento permanente, lo que podría
generar una dependencia emocional, física, psicológica y económica.
Conocen poco sobre cómo cuidar su cuerpo y cómo gestionar sus
emociones, lo que estaría relacionado con la frecuencia de las
autolesiones.
Si la amistad es la
base para la supervivencia en la calle, el amor puede bien ser la
causa de la permanencia y también del viraje a otras formas de vida
fuera de ella. La propuesta de Son de Vida se sintetiza en: “mejor
que prohibir es brindar seguridad”, para lo que se requeriría
educación sexual integral, asumir la sexualidad no como una
conquista, sino como manera de compartir, entre otros.
Todos rompieron el
molde: una organización que hace investigación, otra que articula a
los especialistas con los que quieren ayudar y una comparsa que se
inicia en el activismo. Son de Vida, Revolución Jigote y la Comparsa
Jarichis cierran el círculo virtuoso y dan sentido al esfuerzo de 5
investigadores que en 5 meses trabajaron en la calle generando la
información y sistematizándola.
Pero no todo termina
ahí, ellos planean seguir trabajando juntos. Jigote descubrió un
mecanismo válido para procurar sinergias y hará llegar este
material de utilidad práctica a la puerta de las instituciones.
La comparsa Jarichis
generará recursos nuevamente con la segunda versión de “Yo corro
por los niños”, esta vez en las Colinas del Urubó. “Si podemos
hacerlo de manera sostenida: donar nuestro tiempo y ayudar a
conseguir dinero, si podemos sacar a un niño de la calle, vamos a
cumplir. Esperamos su abrazo a esta causa”, dijo Antelo. Por su
parte, Son de Vida ya presentó propuestas de trabajo con los y las
niñas y adolescentes en situación de calle.
Roca comentó que
“los jigotes han dicho: en bollo es ‘facilingo’ y es verdad”,
Asperilla agradeció a “todas estas locas personas que hemos hecho
re-evolución: vamos tejiendo una relación, un sueño, cambiando la
ciudad y el mundo”, y señaló que “esta es una realidad que es
necesaria conocer y abordar, para transformarla, es una temática del
día a día en la calle. El amor salva vidas y esta investigación es
una prueba de eso".
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