La cuarta noche de vigilia de activistas proanimales derivó en
enfrentamientos con la Guardia Municipal. Los voluntarios intentaron
impedir que se elimine “cruelmente” a los perros. Se convoca a una
marcha el lunes 25 de agosto.
“Urgente: enfrentamiento en la perrera, están pegando a las mujeres y
jóvenes.
Urgente: gendarmes están pateando a animalistas en la perrera municipal…
Están matando a los perros
un grupo en la vigilia está intentando parar la masacre de perros; los
gendarmes están pegando a las mujeres y hombres animalistas.
Urgente, ir a la perrera
Vayan a defender a sus hijos, solicitan apoyo de más voluntarios y de la
prensa”.
Así se lanzó el post de alarma en la página de Facebook de Soprama Santa
Cruz (Sociedad Protectora de Animales), el viernes 22 de agosto
alrededor de las 22.00. Los celulares empezaron asimismo a vibrar en las
casas de algunos activistas cruceños proanimales, así como se activó la
señal de alarma en varios grupos vía whatsapp. Los mensajes movilizaron
a voluntarios y a la prensa, los que se reunieron ante la Perrera
Municipal, donde se encontraba un grupo en vigilia por cuarta noche
consecutiva, en protesta por la captura de perros callejeros para
matarlos.
Las noches de vigilia
Desde el 19 de agosto, varias organizaciones de defensa de los animales,
entre ellas
SOPRAMA, VEDA (Voluntarios en Defensa de los Animales), APA Santa Cruz (Asociación Protectora de Animales Santa Cruz), AMAA (Amigos de los animales abandonados) y animalistas/rescatistas
independientes organizaron vigilias convocadas vía Facebook y whatsapp. Otro bloque de activistas se unió a estudiantes de la
Universidad Autónoma Gabriel René Moreno para plantarse en las puertas
del Hospital Veterinario del campus universitario.
Durante las tres primeras noches, las organizaciones articularon
demandas específicas dirigidas al alcalde cruceño Percy Fernández, las
mismas que incluyen: parar
inmediatamente las capturas de perros, la creación
inmediata de 15 clínicas veterinarias, una por distrito, para
esterilización gratuita de animales, la creación de
albergues municipales a cargo de organizaciones defensoras de los
animales, el cierre inmediato
de todas las ventas y criaderos de perros en la ciudad, la Activación de
programas de educación en tenencia de mascotas y el cumplimiento de la Ordenanza Municipal 030/2006 sobre la tenencia responsable de mascotas.
Dicha ordenanza municipal, resalta Ignacio Ramírez, uno de los
voluntarios movilizados, que “una vez capturado el animal, será dejado en la perrera por el lapso de 72 horas y sólo entonces se procederá con la adopción y, en caso de no ser reclamado ni adoptado, se procederá con la eutanasia”.
Desde
2006 que en Santa Cruz “se produce una matanza sistemática de perros
por parte de la Alcaldía cruceña”, denunció a La Pública Sandro
Fernández, presidente de Soprama Santa Cruz; “se captura y se elimina a
perros por considerarlos 'callejeros', sin averiguar más. Por ejemplo,
señala, estos perros no son callejeros, sino que han salido de la casa
de algún vecino de escasos recursos de barrios de la periferie. Son los
perros de la pastillera de la esquina, del vendedor de somó, de la
ventera de la tienda que no tiene recursos para pagar una
esterilización”.
Fernández afirma que para poder cumplir con una tenencia responsable de
animales domésticos, los vecinos de las zonas más alejadas de la ciudad deben
acceder a esterilizaciones gratuitas en sus barrios. Para ello, “se está
pidiendo a la Alcaldía que se habiliten los hospitales veterinarios
gratuitos en 15 barrios de la ciudad”.
Según Fernández, una esterilización puede llegar a costar hasta Bs 1.000. A
ello hay que sumar el hecho de que sólo el 10% de las veterinarias
cruceñas cuenta con quirófanos y las condiciones necesarias para el
procedimiento. “Montar un quirófano en una veterinaria y dotar del
servicio implica una inversión de alrededor de 20.000 dólares,” calcula
el activista.
Cumpliendo la cuarta noche consecutiva de vigilia pacífica, los
voluntarios apostados en las puertas de la perrera municipal vieron
llegar cerca de cuarenta gendarmes municipales que hicieron su ingreso a
la perrera.
Según el testimonio de Sandro Fernández respaldado por personas que se
encontraban en el lugar, “los gendarmes nos provocaron, porque una vez
adentro empezamos a escuchar los aullidos de dolor de los perros y
olimos un fuerte olor a formol”. Fue debido a esto que los voluntarios
decidieron tomar las instalaciones de la perrera, forzaron la entrada y
empezaron a soltar a los perros. “Algunos estaban moribundos”, afirma
Fernández, “otros lograron salir con vida”.
Los voluntarios declararon a la prensa que sufrieron golpes y
contusiones durante el rescate, con un saldo de seis personas heridas y
tres arrestadas. “Una de las personas que fueron llevadas a la Fuerza
Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) es un menor de edad, tiene 13
años, y ya estamos en contacto con nuestros abogados para que sean
liberados.
José
Canudas, secretario de Defensa Ciudadana del municipio cruceño, en
declaraciones a El Deber dijo que los “activistas destrozaron la perrera
y golpearon a las gendarmes mujeres, eso no está en la denuncia que
hicimos en la Policía, pero lo vimos”.
Movilización ciudadana
A razón del enfrentamiento, la comunidad animalista cruceña ha
organizado una manifestación pacífica contra las agresiones y en defensa
de los perros capturados y eliminados en Santa Cruz.
La convocatoria que se encuentra en las redes pide a los habitantes de
Santa Cruz juntarse este lunes 25 de agosto en la plaza Blacutt del sur
de la ciudad, con el fin de marchar pacíficamente hasta la plaza
principal 24 de Septiembre.
No es la primera vez que la comunidad animalista cruceña se auto convoca
en defensa de los animales. El más reciente episodio fue a raíz de la
denominada “Matanza de Terracor III”, episodio en el que se mató indiscriminadamente a más de 60 perros y gatos.
El
argumento por el que se controla la presencia de perros en las calles
es la rabia canina y el riesgo de mordeduras a las personas. Algunas cifras en Bolivia dan razones para la alarma. Sin embargo, como explican los activistas,
el control tiene que hacerse dentro de parámetros racionales y de
respeto por la vida de las mascotas.
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