Trabajadoras sexuales y otros
colectivos femeninos de Cochabamba marcharon ayer jueves por el centro de la
ciudad para pedir que se haga justicia en el caso de la mujer discapacitada que
fue presuntamente violada por efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones
Policiales (UTOP) el pasado 21 de julio.
Las trabajadoras sexuales –algunas
de ellas con los rostros cubiertos con máscaras- aprovecharon la movilización
para denunciar, asimismo, los sistemáticos abusos policiales de los que serían
objeto cuando se hallan trabajando. Denunciaron que, con frecuencia, los
policías realizan batidas para amedrentarlas y, en algún caso, exigirles que
les brinden servicios sexuales de forma gratuita.
La marcha, que partió la plazuela
San Sebastián (al sur de la ciudad), recorrió varias calles céntricas de la
ciudad y se detuvo por unos minutos en la Plaza Principal 14 de Septiembre, a
pocos pasos del Comando Departamental de la Policía cochabambina, donde sus
pancartas y petardos concitaron la atención de los periodistas y la ciudadanía.
Del Comando de la Policía, los
marchistas –en su mayoría mujeres, pero también con alguna presencia masculina-
se dirigieron a las instalaciones de la UTOP, en la avenida Heroínas (centro de
la ciudad), donde arremetieron con cánticos y proclamas contra los policías
parapetados en la puerta de ingreso del predio.
Portando pancartas pidiendo alto
a la violencia contra las trabajadoras sexuales, las mujeres finalizaron su
protesta leyendo diversas proclamas para denunciar el “abuso policial y la
impunidad de los violadores”.
Entretanto, las investigaciones
sobre el caso prosiguen, pese a que los efectos acusados fueron puestos en
libertad con medidas sustitutivas tras ser legalmente imputados por el delito
de violación. (Más detalles en esta nota)
Lo que preocupa a organizaciones
de Derechos Humanos en Cochabamba es el paradero de la víctima de la violación,
que, a poco de denunciar el hecho, desapareció misteriosamente sin dejar
rastros.
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