martes, 16 de septiembre de 2014

Los fantasmas del día del peatón, a la cruceña



Curioso día del peatón se vive en Santa Cruz desde hace tres años. Medio día solamente y nada más que en el primer anillo, en contra lo que manda la Ley 150. ¿Quién ha dado la orden de modificación? Averiguarlo es meterse en los laberintos de la administración pública para salir... sin nada. 

Fabiola Gutiérrez Escobar / Santa Cruz

Empleados públicos, les llaman. Detrás de escritorios llenos de papeles y frente a pantallas de computadora asoman sus cabezas, cual suricatas: cuellos extendidos, ceños fruncidos y ojos en los que uno lee desconfianza. Responden al saludo apenas y, luego de escuchar el motivo de la visita, hacen la pregunta de rutina: ¿De dónde viene usted? Quiero saber ¿por qué el día del peatón en Santa Cruz no cumple con lo que indica la Ley 150 en su segundo artículo? Es decir, sin tránsito de motorizados en todo el territorio desde las 00:00 a las 18:00 del primer domingo de septiembre, tal como pasa en Cochabamba y La Paz. ¿Quiénes decidieron que sea sólo hasta mediodía y sólo en el primer anillo?, ¿en qué documento se oficializa y comunica esa decisión que claramente incumple una ley nacional? “La encargada de eso es la Alcaldía”, me dicen en la Gobernación. 
Y lo contrario pasa en la Alcaldía. O me mandan a una u otra dirección, distinta de aquella en la que me encuentro. Sospecho que o no saben de qué hablo o todos quieren deshacerse de mí por un motivo que no alcanzo a entender. Algún empleado público se anima y quiere hablar del día del peatón del municipio de Santa Cruz. Pero no, ése se celebra el primer domingo de noviembre y lo que me interesa es saber por qué pasa lo que pasa en el Día Nacional del Peatón y Ciclista en Defensa de la Madre Tierra. “Ah, pero el Casco Viejo se cerró desde el día sábado 6 de septiembre por la Ordenanza Municipal 80/2014”, escucho. 
Debo insistir en separar las cosas, pues no es del Plan Piloto de Peatonalización, que esta vez coincidió con el primer domingo de septiembre, al que me refiero. Bajan las quijadas, y vuelven a fijar la vista en la computadora como señal de que, para ellos, la charla está concluida. “Santa Cruz para Todos”, “Santa Cruz, una ciudad que enamora” se lee en las oficinas públicas que me obligan a recorrer de extremo a extremo con mis preguntas a cuestas. Nadie sabe decir sino que ellos no han sido, que seguramente los otros. De un lado, la gigantografía del alcalde Percy Fernández con las manos arriba, del otro, la del gobernador Rubén Costas con la mano en alto.
Servicio Departamental de Deportes, Dirección Municipal de Tráfico y Transporte, Dirección Municipal de Deporte, Dirección Municipal de Planificación, Concejo Municipal, Dirección Departamental de Tránsito… Todo un tour para obtener una respuesta dilatoria: “Si quiere ver los oficios, debe solicitarlos con un memorial al Comando Departamental de Tránsito; ellos son los que cierran las calles”. Pero, pese a que podría pensarse que me derrotaron, algo de información tengo. 
Por ejemplo, Claudia Landívar, de la Dirección de Tráfico y Transporte de la Alcaldía, me ha explicado que. si bien la Ley 150 indica que se deben establecer normativas en cada entidad territorial autónoma, en Santa Cruz no se ha hecho pese a que la ley rige desde hace tres años. Para este 2014, hubo que recordarle a la Gobernación que la fecha se venía, así que hubo reunión una semana antes del 6 de septiembre. “Mínimo debe haber un oficio que comunique a los demás organismos las instrucciones acordadas en la reunión”. En dicha reunión estuvieron Tráfico y Transporte y el Servicio Departamental de Deportes. “Pero las comunicaciones internas no van para afuera”, según uno de los responsables jurídicos de la Dirección Municipal de Deportes. En la misma oficina, uno de los responsables de prensa informa: “El Director me llamó y me dijo que había que cubrir las actividades con unas fotitos y una notita en la plaza 24 de Septiembre. No recibí nada por escrito”. “Nuestra responsabilidad es la del día municipal del peatón, en noviembre, para éste de septiembre nos avisaron a última hora y tuvimos que improvisar”, a decir del funcionario de apellido Yucra, de la misma dirección. Su colega, José Luis Irahola, comenta que seguramente es muy difícil detener las actividades comerciales en una ciudad tan grande, además de la población no contribuye. Los policías que salieron a velar en las calles aquel día saben mucho de esto último: mucha gente a bordo de motorizados pugnó por entrar al primer anillo con diferentes excusas: “estaban enfermos”, “llevaban recetas”, “no podían caminar”, obligando a desistir a los policías, según Irahola. 
Lo cierto es que alguien dio la instrucción de vivir un medio día del peatón en una pequeña parte de la urbe. Pero nadie sabe quién fue y, total, parece pensar los funcionarios públicos, el tema ya es pasado, hay que archivarlo hasta el próximo año, cuando autoridades y una parte de la ciudadanía se acuerden de que hecha la ley, hecha la trampa.

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