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Movilización en Santa Cruz el 28 de noviembre. |
El
proyecto de ley de defensa 153/2014-2015 abre la posibilidad de dejar fuera de la
consideración de maltrato a ritos y usos medicinales de animales por parte de
pueblos indígenas y afroboliviano. El artículo de “excepción” divide a los
animalistas a la hora de exigir la aprobación de la norma
Iblin Linarez, Gemma Candela, Santiago Espinoza
Perros,
lagartos y quién sabe qué animales más forman parte de las recetas que “médicos
tradicionales” en La Paz entregan a sus pacientes con la promesa de aliviar un dolor
persistente y hasta curar fracturas de huesos.
“¿En
qué estado mental el primer hombre utilizó su boca para desgarrar y llevó a sus
labios la carne de una criatura muerta… y se aventuró a llamar eso alimento?”,
se preguntaba el historiador griego Plutarco. Si viviera hoy y su morada fuese Bolivia,
añadiría a su duda ese momento en que el que el humano decidió matar animales
para ponerlos sobre sus heridas y llamar a ello medicina.
La
sangre de perros negros, que deben tener sólo un mes de edad, se usa para hacer
emplastos y colocarlos sobre cualquier tipo de fracturas. Por el animalito se
cobra de Bs 10 (si es hembra) a 35 (si es macho) en la feria 16 de Julio de El
Alto (La Paz) que se instala cada jueves y domingo. El paciente debe comprarlo
y llevarlo vivo para que el “doctor” prepare el remedio. Así se prescribe en el
negocio de medicina Kallawaya naturista que se halla en la avenida Naciones
Unidas de El Alto, cerca del polifuncional, a donde se llega por referencias
orales y recomendaciones. El consultorio está al final de una calle repleta de
tiendas que fletan ropa de danzas folklóricas; es pequeño, lleno de vitrinas
rebosantes de pomadas varias. Detrás del mostrador y de una cortina se atiende
a los pacientes.
La
asistente del “especialista” hace las preguntas. Luego de explicarle que la
fractura en la muñeca no sana, que duele y que el médico del hospital no ayuda,
se accede a la trastienda y allí, tras una breve consulta, llega la
prescripción. El tratamiento que tiene como víctima al perro cuesta Bs 130 y el
paciente debe conseguir al animal.
La
otra opción curativa es el lagarto, que sí hay en el consultorio. El
tratamiento para heridas abiertas y “dolores de huesos” demanda Bs 170, más Bs
20 por cada reptil que se requiera: “Se aplica el cuerpo del lagarto en la zona
afectada y, como son chiquititos, se usa más de tres, dependiendo de la
herida”, continúa la asistente que garantiza el éxito de la curación.
La víctima fatal
Es
jueves, día de feria y el caos es grande en la 16 de Julio. En la calle Arturo
Valle hay plantas, flores y a lo lejos se oyen ladridos y maullidos. Hay varios
perros y gatos de color negro. Por algunos de los canes se pide hasta Bs 1.200,
dependiendo de la raza, pero éstos no son para sacrificar sino para engreír;
los otros, los que van a ser sacrificados en aras de la medicina, están en
bañadores, cajas y latas. “Yo no vendo perros para curar, eso es muy cruel”,
asegura uno de los vendedores. El can negro que se usa para curar es el que se
conoce como mestizo.
Para
evitar que se los lleven con fines curativos, algo que no pueden saber con
certeza, algunos de los comerciantes esperan a que los animales cumplan dos o
tres meses para llevarlos a la feria. “Dicen que el perro negro es más fuerte y
su sangre es mejor, pero yo ni loco te vendo para eso, el animal siente y tiene
su santo”, asegura el hombre.
Los
perros que se llevan para curar no deben ser tocados por las manos del
comprador; “éstos piden que se los meta en una bolsa negra; no los tocan porque
los van a hacer matar y eso les puede traer mala suerte”. Quien así habla dice
que como vendedor afiliado a la asociación San Roque, el santo de los perros,
evita vender las crías con “esos fines”, pero hay muchos otros que las entregan
indiscriminadamente a cambio de unos pesos y ésos no formarían parte de la
asociación.
Uno
de los perros más caros de esta feria cuesta Bs 1.200 y el vendedor dice que
pertenece a la raza Crestada china. No es muy acariciable que se diga, pero es
visto como una fuente de alivio… Bueno, al menos la orina. Apenas fue puesto en
el piso y dio señales de que iba a dejar correr el líquido despreciable para
muchos, una señora lo recogió y frotó sus piernas con él. "El orín es
bueno contra el reuma". Al menos, en este caso el animal no sufre.
Curar el alma con un cuis
En
Charazani (provincia Bautista Saavedra de La Paz), de donde proceden los
kallawayas, cuya especialidad es el manejo de hierbas con fines curativos, hay
también prácticas que hacen presa de los animales.
Pequeños
conejitos, de los llamados cuis, son usados para curar el alma del paciente o
transferir los males de éste al roedor. El kallawaya pide a la persona que
respire sobre el conejo y, una vez que lo hace, abre al animal, vivo, usando
sus manos, más exactamente sus uñas; el objetivo es leer en el corazón latiente
la suerte del paciente y, si observa algún problema, hacer que se extinga junto
con el conejo.
Este
ritual fue cumplido para rendir honores a las autoridades que llevaron la
certificación del título de Patrimonio Intangible de la Humanidad, concedido
por la Unesco a la medicina kallawaya, a principios de los 2000.
Ni cerdos ni
patos se salvan
Degollar una llama y que su sangre bañe la tierra;
usar sullus o fetos de llama (y no sólo fetos, también llamitas con lana
bastante crecidas y que llegan a costar Bs 300) para quemarlos y así agradecer
a la Pachamama; recurrir con el mismo fin a fetos de chancho, “pues –explica
Claudia, vendedora de la Ceja de El Alto– este animal escarba la tierra hacia
adelante y eso es buen augurio” (estos cuestan de Bs 5 a 20) se suman a la
lista de rituales andinos.
Se podría añadir la venta de jugo de rana en pueblos
del altiplano y en el mismo El Alto (http://www.bonews.org/noticia/109750/en-el-alto-venden-jugo-de-rana-aseguran-que-es-curativo)
para supuestamente curar desde la anemia hasta el mal humor y cuyo preparado es
de terror: la rana debe estar fresca, es decir viva, se la desolla y licúa
junto con miel, polen, maca y frutas diversas.
Y si
en el occidente hay prácticas como las descritas, en el oriente son
tradicionales las corridas de toros, las peleas de gallos y el pato enterrado,
un “juego” en el que el ave es enterrada viva hasta el cuello; una persona con
los ojos vendados sostiene con ambas manos un palo que descarga con fuerza
sobre el suelo, tratando de acertar sobre la cabeza del pato. El objetivo es
que quien le atine y lo deje noqueado (que no muerto), se lo lleve como premio.
No a la
vivisección de animales, ni a su sacrificio en rituales ni a su utilización en
“odiosas” tradiciones son las peticiones de los colectivos de protección de los
animales en Santa Cruz. Asociaciones Unidas en Defensa de los Animales (AUDA)
convocó a una movilización el viernes 28 de noviembre para dejar claro que se
necesita una ley en Bolivia, pero una ley que no abra puertas a prácticas
crueles a título de la tradición.
“No nos
oponemos a la ley, pero sí cuestionamos tres delicados puntos”, explica el
abogado de AUDA, Mario Ressini, en referencia al proyecto de ley de defensa
animal 153/2014-2015, al que se ha añadido un artículo de excepción, el número
15, a fin de reconocer derechos en el uso de animales para rituales entre los
pueblos indígenas del país.
La propuesta de dicho artículo reza:
"Las disposiciones del presente capítulo (que castiga los actos de
crueldad contra los animales) no alcanzan los actos ejercidos por la medicina
tradicional o ritos ancestrales conforme a usos y costumbres de los pueblos
indígena originario campesinos, comunidades interculturales y afrobolivianos,
siempre que estén enmarcados en la Constitución Política del Estado".
Para la diputada oficialista María Chuca, “en este
tema de usos y costumbres, específicamente con temas de tratamientos médicos o
rituales, (los sacrificios) no hacen sufrir al animal, (los indígenas) saben
cómo hacerlo, se ha visto y vivido esto". Según la autoridad, las
llamas que son degolladas en los rituales celebrados en las comunidades aimaras
en el altiplano "no sufren",
por lo que la sanción prevista por la ley no sería aplicable. Una sanción que,
previa modificación del Código Penal, representaría de cuatro a seis años de
cárcel. El presidente de la Cámara de Diputados Marcelo
Elío también apoyó esta práctica tradicional, es decir que está de acuerdo
con hacer la excepción en aras de la tradición.
Movilizaciones y desacuerdos
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Arriba, gente a favor de la ley se colocó delante de la marcha de AUDA (Santa Cruz) y abajo, acivistas en La Paz. Movida del 28 de noviembre. |
La manifestación en Santa Cruz fue parte de una movilización en las ciudades del eje central. En general hay consenso respecto de que es preciso “apoyar la promulgación, de una vez por todas, de una ley defensora o protectora de los animales”; pero hay discrepancias en vista de las salvedades que se pretende introducir.
Sobre
costumbres como las descritas, en la norma “primero se prohíben y luego se abre
la posibilidad de que se celebren mediante autorización”, destaca Ressini.
Lo propio
pasa con la vivisección; el abogado argumenta que “hay una contradicción,
porque si bien primero se la prohíbe, luego se abre la posibilidad de que se
realice mediante una autorización, cuando una ley de este tipo debería ser
taxativa y contundente”.
La noche de
la marcha, la veintena de personas que se dieron cita en la Plaza del
Estudiante, enarbolando fotos de animales torturados, avanzó por la calle
Libertad cortando el tráfico hasta llegar a la plaza 24 de Septiembre, Allí se
toparon con tres personas personas con una pancarta en la que se leía: “Estamos a favor de la ley 153.
Pedimos su aprobación tal como está”. Hubo un pequeño altercado entre los dos
grupos y finalmente el cartel de apoyo al proyecto de ley tuvo que ser
retirado.
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En Cochabamba hay siquiera unas 10 organizaciones de animalistas. |
En Cochabamba, las organizaciones exigen la pronta aprobación de la ley, pues consideran que será más fácil tener la norma vigente y luego ocuparse de solicitar la modificación del artículo conflictivo.
Los
colectivos reconocen que, aunque el proyecto de ley es relativamente corto
(apenas 15 artículos), su contenido resulta suficiente para comenzar a regular
el trato a los animales en el país, en particular el que se dispensa los
domésticos como perros y gatos, dice Daniela Zárate, de la organización
ISIS-Programa de Protección Animal y Ambiental.
Algunas organizaciones consideran que el contenido del artículo excepcional no
resultaría tan problemático, en vista de que no afectaría directamente a los
animales domésticos, que, a diferencia de los silvestres, se hallan
completamente desprotegidos a falta de una norma que regule su tenencia,
cuidado y trato en el país.
En
La Paz, la aprobación de la ley se considera un paso necesario, según Patricia
Frías, una de las encargadas de CEDAB (Ciudadanos en defensa de los animales).
Hay voces disidentes, como la de Animales SOS que preside Susana Carpio, y quien
en su cuenta de Facebook argumenta que la norma no toca el tema del abandono o
de la crueldad con la que se termina la vida de un animal en las faenas o
mataderos. Para Frías, que en eso está de acuerdo con Zárate de Cochabamba, si
se modifica el proyecto una vez más, tomará otros dos años, que deben sumarse a
los cinco de lucha ya pasados, buscar su aprobación, con el consecuente
desamparo de los animales domésticos.
Las
actividades de grupos como CEDAB continuarán para tratar de brindar información
sobre esta nueva ley para que la gente no se siga oponiendo. “Si es necesario
vamos a hacer huelga porque ya es el colmo cómo son maltratados estos
animales”, aseguró Frías.
La
huelga asoma como amenaza a los legisladores si no se avanza esta vez en la ley
antes de que termine este 2014. Zárate y Frías dicen que a las marchas, que
fueron poco concurridas en La Paz y Santa Cruz el 28 de noviembre, se sumarán
medidas de presión más drásticas.
Excelente idea de negocio una tienda para perros, aquí podemos ofrecer además de animalitos unos bonitos accesorios para que ellos puedan divertirse.
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